Al nacer, nuestra búsqueda de amor se volvió casi que inmediata. Cuando observamos a un bebé nos inspira a darle todo lo que necesita: amor, ternura, deseos de abrazarlo y cuidarlo. Durante el crecimiento físico y emocional, el niño necesita recibir amor y buen trato donde abunden las frases cargadas de: Te amo, tu vida es una alegría para mí, eres importante, eres especial, etc.

La falta de amor crea inseguridad, por eso vemos tanta inestabilidad y mendicidad emocional en personas, buscando la protección de un amor que no les abandone. Jesús se encuentra con una mujer en un pozo de agua que se encontraba vacía, con múltiples relaciones fallidas e infeliz. Esa samaritana le dice al Señor que quería del agua que le estaba ofreciendo. Él la manda a que busque a su marido, dándole a entender con esta petición, que la sed emocional que ella traía era muy profunda, tanta que ni el agua del pozo de donde estaba sacando agua, podía llenarla.

Esa necesidad de esta samaritana, es un espejo de lo que podemos nosotros adolecer. Reemplazamos nuestras búsquedas por faltantes emocionales en los lugares y las personas equivocadas. Toda nuestra necesidad de amor es normal, fue puesta por Dios, pero tenemos que llenarla de la manera correcta. Si Jesús no llena principalmente ese vacío, otro ser humano, jamás podrá llenarlo.

Si deseas ver el video con este tema completo, dale clic en el siguiente enlace y entra al canal cbintv de youtube al programa Directo al corazón ♥. Te invito a verlo todos los martes y jueves a partir de las 6pm.

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Abrazo fraterno.

Pr. José Ángel Castilla.