Debemos vivir en esta vida, con los ojos puestos en el cielo, pero nuestros pies puestos, en este mundo efímero y transitorio. Llegar a entender eso, nos ubica en la realidad de una correcta identidad en Cristo, que difiere a kilómetros de diferencia, respecto de lo que el mundo nos muestra. Por eso Jesús nos enseña que busquemos primeramente el Reino de Dios y su justicia, y las demás «cosas» vendrán por añadidura. El problema es que por andar preocupados por esas «cosas», descuidamos el Reino y de paso el propósito por el cual nos pusieron en esta tierra.

Seas colombiano 🇨🇴 o no, hayas nacido en la ciudad o país donde vives o no, le perteneces por la fe en Cristo, a un destino celestial y así te tienes que sentir y comportar. Eres ciudadano del cielo, y esa fe salvadora, te entrega un pasaporte eterno. Pablo en este pasaje nos insta a vivir dignamente, esto es caminar con un estilo de vida acorde a lo que profesamos. Que nuestros pensamientos, palabras y acciones sean símiles.
Por eso la enseñanza de la cruz, lo que el Señor padeció, cobra vida en nosotros. Ese es el correcto modelo que debemos imitar. Si hay alguien a quien deberíamos parecernos más que a nadie, es a Jesucristo. Otra cosa que resalta este pasaje es el de permanecer firmes y en unidad de espíritu. La unidad trae paz y cuando nos unimos a apoyarnos mutuamente entre los creyentes, se genera una fuerza indestructible.
La fe en Cristo es una sola. Vela que en tu corazón, tengas eso claro y compártelo a otros. JESÚS ES EL CAMINO, LA VERDAD Y LA VIDA. Caminar con Él, es llevar una cruz invisible a cuestas. Que se note en tus actitudes a quien escuchas, le oras y le crees. Levanta hoy con tus palabras y tu vida, a quien un día te levantó para darte salvación y vida eterna.
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Pr. José Ángel Castilla