La sabiduría salió a las calles para ser buscada y encontrada. Así lo describe el sabio Salomón. Es una bendición contar con consejos oportunos venidos de la boca de sabios. Si bien los años vividos y las experiencias cuentan a la hora de impartir consejos, estos no definen que alguien sea sabio. Podemos llegar a viejos haciendo pataletas y berrinches como niños sin corrección. La lección más importante para ser sabios, es temer a Dios. Todo aquel que le teme recibe de su sabiduría.

Cuídate entonces, de no despreciar la sabiduría y prestar atención a los consejos que te den. Dios puede usar muchas maneras para enseñarte y cuán doloroso es que estemos cegados al conocimiento de su Palabra, porque no queremos ver, ni escuchar. Sólo nos queremos escuchar a nosotros mismos.
La Palabra de Dios produce paz en el corazón. Ella nos da la fuerza para consolidar nuestra relación con Dios y trae la luz, en las áreas oscuras donde no hemos permitido que Dios intervenga. Abre tu corazón y diariamente sométete al exámen de Dios. Deja que limpie tu caminar y pulverize la dureza del corazón.
Valora los sabios que te rodean y que quizás no quieres escuchar ni recibir sus consejos. Mantente en silencio cuando te estén corrigiendo o aconsejando. Una correcta actitud, le dice a Dios que quieres crecer, madurar y parecerte a Él cada día. Recuerda que Dios no ha terminado contigo. Suscribete a este blog y recibirás notificación cada vez que suba un nuevo artículo. Comenta y comparte con otros amigos y familiares el link de este mensaje.
Escribe desde donde me leés. Abrazo fraterno. Pr. José Ángel Castilla.
Gracias Pastor, un consejo a tiempo puede salvar relaciones , familias y hasta vidas.
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