
El razonamiento humano y el conocimiento pueden jactar el corazón del hombre, haciéndole creer que un pensamiento, un dogma, una nueva ideología, supera el poder que tiene la Palabra del Señor. Nada se compara a ella. No es una moda que salió y que debemos utilizar, una temporada para ser un poco más espirituales y hasta allí. Cuando Dios toca el corazón del hombre, lo hace con un propósito especial. La búsqueda de Dios es para transformación del alma con miras a un cupo por una eternidad segura.

Dios nos protege siempre. El es dulce refugio en medio de las tormenta de cada día. El es lugar seguro y torre fuerte donde llegar. Nada se compara a los brazos eternos del Señor. No se cómo te sientas o que necesites pero con más fuerza que nunca, corre al Señor. Es entonces cuando la Palabra aviva, edifica, transforma, renueva el alma y pone el verdadero fundamento que cambia nuestras vidas para siempre.
Refugiate en Dios y su palabra. Guarda su consejo en el corazón y no lo compares con ningún argumento humano o pensamiento de filosofía de ninguna índole. Dios es Dios, no es un pensador griego ni una deidad hindú. El está por encima de todo. Dale la Gloria y posicionalo en el primer lugar de tu corazón. Cada Palabra de la escritura, tiene mayor crédito que nada. Es la poderosa Palabra de Dios.
Cielo y tierra un día pasarán más Su Palabra permanece para siempre. Recuerda que Dios no ha terminado contigo. Suscribete a este blog y recibirás notificación cada vez que suba una nueva entrada. Bendice a tus amigos y familiares, reenviando el link de ésta reflexión. Deja tu comentario al final. Abrazo fraterno.
Pr. José Ángel Castilla