Transferencia de recursos


El mundo es egoísta y busca por todos los medios, exaltar la labor del hombre, hurtando la Gloria al Dios que nos creó y nos revistió de talentos y dones, para bendecir a los nuestros y a Su iglesia. Por eso no hay satisfacción en obtener logros de ningún orden, si no los ponemos a los pies del Dios que nos abrió las puertas para conseguirlo. Las cosas que tenemos las disfrutamos mejor en sociedad con el Señor. Él es el dueño del oro y de la plata de este mundo. Nada nos pertenece, no le robemos más, siendo vanagloriosos. Algunos grandes millonarios han hecho su fortuna desconociendo quién es el verdadero dueño de lo que dicen tener. Piensa lo que te llevarás a la tumba el día que te mueras. Te entierran tal y como viniste a esta tierra y vuelves a ella como polvo.

Así que vamos a crecer en amistad con Dios, procurando hacer lo que a Él le agrada. Busca tomar cada nueva promesa bíblica aprendida y trata de memorizarla y ponerla por obra. Salomón describe que Dios da sabiduría, conocimiento y alegría a quien a Él le place. Estas tres cosas se las podemos pedir a Dios en oración hoy. No te amargues pensando cuántos faltos de cordura y ausentes de la luz del Señor llegarán a enriquecerse. Algunos lo harán evadiendo impuestos, otros de forma corrupta como la mayoría de servidores públicos a los que el objeto de servicio, les cambió a lucro personal. Las riquezas sin Dios, no tienen propósito ni sentido. Al ladrón y al corrupto tarde que temprano le terminan robando también.

He oído personas que quieren enriquecerse para completos despropósitos. Tienen planes egoístas, promueven la holgazanería, el hedonismo y la flojera, no queriendo trabajar ni producir para sanos propósitos aún en su joven adultez. No te hagas preso del sedentarismo y de la vida sin esfuerzos. Esto realmente no es vida. Todo es de Dios y si a Él le plació bendecirte, si es necesario que le quite al que reniega, al ateo, al orgulloso, al ciego corrupto que roba en detrimento de los recursos de todos, entre otros pecados, lo que les quitó te lo dará a ti.

Siente en tu corazón, cómo el Señor transfiere recursos del pecador, para ponerlos en tus manos. Abre tus manos y sé restituido en justicia. Toma lo tuyo, lo que tanto has pedido, por cuanto amas y decidiste agradar a Dios en todo. Recibe tu recompensa. No te enfoques en cosas que no valen la pena, no desees el mal a nadie y sé agradecido con el Señor, que ha dado orden de transferir a tu favor. Recuerda que Dios no ha terminado contigo. Suscríbete a este blog y recibirás notificación cada vez que suba una nueva entrada. Reenvía el enlace de ésta reflexión a tus amigos y familiares. Deja tu comentario al final. Abrazo fraterno.

Pr. José Ángel Castilla.

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