De la boca de un hijo de Dios no debe brotar en este tiempo lenguaje negativo y de temor. Nuevamente se escuchan rumores de nuevos picos de pandemia y en otros lugares del mundo volvieron al confinamiento. De nuestra boca debe brotar esperanza. Tenemos la responsabilidad de alumbrar y llevar un mensaje de amor, salvación y de fé, en medio de la desesperación, la angustia y el duelo bien o mal elaborado que muchos viven, producto de pérdidas de seres queridos. Somos sobrevivientes del Covid 19 y tenemos que fijar nuestra mirada en el Señor más que nunca. Dios tiene el control de quienes han enfermado y aún contagiado a algún otro familiar en la misma casa. El autocuidado tenemos que seguir practicándolo en lugares públicos. A algunos se les olvidó que la pandemia aún no concluye.

Abraham el Padre de la fe, creyó en esperanza contra esperanza, por ello fue justificado. Inspiremonos en su ejemplo y pase lo que pase o venga lo que venga, que nuestras actitudes, pensamientos y decisiones agraden a Dios. Tenemos que seguir siendo antorchas encendidas en medio de éste tiempo. La expectativa de nuestro corazón, se centrará en Jesús y sólo él suplirá a nuestras necesidades emocionales, físicas y espirituales. Sólo el Señor tiene las respuestas a tus preguntas.
Recuerda que Dios no ha terminado contigo. Suscríbete a este blog y recibirás notificación cada vez que suba una nueva entrada. Reenvía el enlace de ésta reflexión a tus amigos y familiares. Deja tu comentario al final. Abrazo fraterno para todos.
Pr. José Ángel Castilla