Uno de los fariseos invitó a Jesús a cenar y aquella especial invitación, se vio interrumpida por la presencia de una mujer, que ejercía el oficio de la prostitución. Determinada y valiente podríamos definir, a la que algunos suponían debía ser María Magdalena. Esta mujer audaz, no tuvo reparo alguno en entrar a la casa de un fariseo y sorprender a todos los presentes, postrandose A LOS PIES de Jesús. Llevaba consigo un hermoso frasco de alabastro, sin asas y de cuello largo, que debía romperse para usar su costoso perfume. Las mujeres judías comúnmente usaban frascos de perfume, suspendidos de una cuerda alrededor del cuello, y era una parte tan importante de ellas que se les permitía usarlo en el día de reposo. Ella lo hizo todo ella misma, y todo para Jesús. Su servicio hacía el Señor fue personal. Actos como el de ella, los describimos como de un AFECTO INTENSO, al ungir los pies de JESÚS. Sólo alguien digno de ser adorado y honrado, merece un gesto como el que ella hizo. Muestras de amor como el de ésta mujer, de reputación dudosa, muy pocos encontramos en la Biblia.

Lágrimas de genuino arrepentimiento, Gratitud y profundo amor, rodaron por sus mejillas y cayeron a los pies del Señor. Si había alguien que se sentía sucia, indigna y hasta despreciada era ella. Esta hermosa historia resume la motivación en el corazón de una mujer que estaba dispuesta en hacer cualquier cosa, para expresar su amor por Jesús. ¿Qué hubieses hecho tú amado lector? Siempre debemos encontrar un motivo en el corazón que nos recuerde SU GRACIA, ya que si no fuera por ella, no pudiéramos ser ni hacer nada en ésta vida. Esta mujer trajo un frasco de alabastro con perfume. Un costoso regalo derramado A LOS PIES DE JESÚS. Derrama tu corazón hoy delante del Señor y has un pare en aquellos actos pecaminosos que te avergüenzan. El mejor aceite perfumado que puedas derramar a los pies de Jesús, será un corazón humillado y contrito.

Recuerda que Dios no ha terminado contigo. Suscríbete a este blog y recibirás notificación cada vez que suba una nueva entrada. Deja tu comentario al final del blog. Abrazo fraterno para todos.

Pr. José Ángel Castilla